Jalpa de Cánovas, un pueblo verdaderamente mágico
En la competencia participaron 260 pueblos de todo el mundo
El pequeño poblado de Jalpa de Cánovas en Purísima del Rincón, ya cuenta con la placa que lo acredita como “Best Tourism Village”, un reconocimiento entregado por la Organización Mundial de Turismo.
Jalpa de Cánovas es una comunidad con una población de 670 habitantes. Se ubica a unos 41 kilómetros de la ciudad de León y todavía conserva ese aire provinciano de mitad del siglo XIX.
Hoy cuenta con una placa de reconocimiento entregada en Samarcanda en Uzbekistán como una de las mejores pequeñas ciudades de turismo en el mundo.
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El presidente municipal de Purísima del Rincón, Roberto García Urbano, dijo que el reconocimiento es un logro de la ciudadanía que han impreso una brújula en el turismo de aventura en Guanajuato.
“Jalpa de Cánovas es indiscutiblemente el municipio que tiene más clara visión y brújula de organización con proyecto de un pueblo mágico turístico con servicios que viven su historia”.
Guanajuato cuenta con seis localidades con denominación de Pueblo Mágico, una de ellas es Jalpa de Cánovas. El 19 de octubre pasado, este pueblo recibió el galardón en medio del evento más importante de la OMT.
Ahí participaron 260 pueblos de diversas regiones del mundo. La primera etapa dejó a 54 finalistas, tres de ellos de México y solo uno de Guanajuato. Al final, Jalpa de Cánovas ganó el reconocimiento.
En la ceremonia de colocación de la placa, el secretario de Turismo de Guanajuato, Juan José Ávlarez Brunel dijo que la ciudadanía ha llevado a Jalpa de Cánovas a otro nivel.
“Esto nos obliga a esforzarnos y continuar con el proyecto, plasmado en el plan de gobierno municipal”, reconoció el alcalde García Urbano.
¿Qué ofrece Jalpa de Cánovas a los turistas?
Este pequeño poblado de Purísima del Rincón, cuenta con centenarios árboles de Nogal. Fue escenario de batallas revolucionarias que dejaron huella en sus fachadas.
Las cocineras tradicionales, lograron hacer propuestas culinarias a través de las nueces y los membrillos. Sus guisos han conquistado paladares en todo el mundo.
Aquí, los habitantes aprendieron a ser anfitriones de un turismo de alto nivel que buscan la tranquilidad del poblado tradicional con una vida aún conservada en el bajío mexicano.
Con la placa del OMT, también se plantó un árbol de encino que marcará el inicio del Museo Natural Viviente que albergará especies nativas y que, además, darán testimonio de este lugar.